El Águila remonta el vuelo...

"Si la razón hace al hombre, el sentimiento le conduce"






sábado, 15 de febrero de 2014

Aceptar el halago

Aceptar el halago, recibir con naturalidad las muestras de reconocimiento nos hara sentirnos valorados y seguros y los demas tambien se beneficiaran

El miedo


A nadie le gusta sentir miedo y, sin embargo, es una emoción natural y necesaria, garantía de nuestra supervivencia. Se convierte en un problema cuando deviene un compañero de viaje constante. Identificarlo es el primer paso para hacerle frente y vencerlo.

El miedo, es una especie de detector de posibles peligros para nuestra seguridad. Pero no solo eso. Esos síntomas que tan poco nos gustan en realidad forman parte de una sofisticada respuesta biológica de defensa que nos prepara, además, para enfrentarnos a ellos. Cuando nos encontramos en situación de alerta, el corazón y los pulmones funcionan al máximo rendimiento y nuestros músculos se ponen en tensión para prepararnos en caso de que necesitemos entrar en acción, ya sea huyendo o bien enfrentándonos a aquello que nos supone una amenaza.

Nuestra tendencia a evitar aquello que nos da pavor hace que el miedo sea útil. El miedo es una especie de detector de posibles peligros para nuestra seguridad. Cuando nos encontramos en situación de alerta, el corazón y los pulmones funcionan al máximo rendimiento y nuestros músculos se ponen en tensión para prepararnos en caso de que necesitemos entrar en acción. El sentido de la vista, que es el que tenemos más desarrollado los humanos, es el que detecta antes las situaciones potencialmente peligrosas, como la sombra de alguien que nos sigue de noche o un coche a punto de abalanzarse sobre nosotros al cruzar una calle. Esta información llega al cerebro, a la parte más primitiva y donde se desencadenan dos procesos.

Ésta da una orden de alarma instantánea -en cuestión de milisegundos- a los músculos para que estos se preparen. Y por otra parte, se activa el hipocampo, que constituye una especie de puerta de acceso a la memoria A través de esta área, nuestra mente busca recuerdos de situaciones parecidas que hayamos vivido en el pasado a fin de recordar cómo actuamos entonces y poder repetirse ese comportamiento en la circunstancia actual.

Inmediatamente, se pone en funcionamiento la respuesta a nivel hormonal. La glándula pituitaria, situada en la base del cráneo, segrega lo que se conocen como hormonas del estrés, que llevan acabo una reacción en cadena para prepararnos ante el peligro. Esto va hasta las glándulas suprarrenales y producen la secreción de dos hormonas.

La adrenalina se encarga de dilatar las pupilas, aumentar la tensión muscular e incrementar la frecuencia con que respiramos y con la que el corazón bombea. El cortisol, por su parte, lleva a cabo dos funciones: por un lado, hace que aumente la cantidad de glucosa en sangre, que es el alimento de las células, de manera que activa el abastecimiento de energía para que nuestro cuerpo pueda ponerse en acción; por otro lado, promueve la liberación de dopamina, una sustancia segregada en nuestro cerebro relacionada con la sensación de placer.

La dopamina es la responsable del bienestar que sentimos momentos después de habernos enfrentado a algún reto y salir airosos de ello. Esta especie de recompensa asociada al miedo también tiene su ventaja adaptativa: el gusto por arriesgarnos, por crecernos ante las situaciones difíciles -y superarlas-, podría ser uno de los motores que explique la inquietud de nuestra especie por conquistar territorios y mejora nuestras condiciones de vida.

Pero el miedo, además de producir conductas que evitan aquello que nos atemoriza, también puede ser atractivo. La prueba de ello es el éxito que tienen las películas de terror, sobre todo en adolescentes. El hecho de saber que estamos ante algo irreal, ante un peligro “de mentira”, hace que disfrutemos de una extraña excitación. Aunque este comportamiento pueda parecer contradictorio, resulta que tiene sentido desde un punto de vista evolutivo.

El Miedo Patológico.
Existen algunas patologías vinculadas a esta emoción. En nuestra sociedad actual, se calcula que el 15% de las personas sufren de algún trastorno relacionado con la manera en que se gestiona el miedo. Probablemente, parte de la responsabilidad de este problema la tenga el ritmo de vida acelerado que llevamos, que nos incita a estar continuamente en situación de alerta, de forma que este mecanismo biológico nunca descansa.

Cuando el miedo se convierte en algo crónico, nuestro organismo enferma.
Prueba de ello es que la secreción continuada de cortisol produce daños irreparables: disminuye nuestra capacidad para recordar y también la secreción de dopamina y serotomina, lo cual nos lleva a la apatía e, incluso, a la depresión.

Sudar y tener palpitaciones ante la perspectiva de una reunión de trabajo, o simplemente por caminar por la calle rodeado de gente, podrían ser indicativos de que algo no funciona del todo bien. Además, se desarrollan conductas de evitación que interfieren en el día a día: negarse a coger el metro por miedo a quedarse encerrado en él o evitar hablar con los compañeros de trabajo por miedo a las relaciones sociales son dos ejemplos de ello. Este miedo injustificado se puede exteriorizar de diferentes formas: las fobias, los ataques de pánico y la ansiedad crónica son algunas de las manifestaciones más comunes.

Los especialistas pueden recomendar diferentes estrategias: practicar ejercicios de relajación, como por ejemplo el yoga, o algún deporte han demostrado ser muy efectivos
-->ante este problema el porqué de nuestro miedo es indispensable para relativizarlo y nutrir nuestra autoestima।

Jean Michel Jarre - Oxygene IX

Antonio Gaudí

“La creación prosigue incesantemente a través del hombre. Pero, el hombre no crea, descubre el color que buscan las leyes de la naturaleza para bajar su ser de la nueva obra son colaboraciones del creador. Quién copia no colabora, porque, la originalidad consiste en retornar a los origines.”

“Cuando las formas son más perfectas, exigen menos adornos”

“La imitación de los estilos implica necesariamente una decoración superflua, los estilos simples, al contrario, tienen una buena estructura”.

“La elegancia es hermana de la pobreza, pero no se debe confundir la pobreza con la miseria.”

“La cualidad ideal del la obra de arte es la armonía, que en el arte plástica nace de la luz que decora y da relieve. La arquitectura es la disposición de la luz”

  1. Gaudí

Parque Guel

Parque Guel
El parque Güel, fue construido con la idea de realizar una urbanización de casas de familia destinada a la clase media de la época. El proyecto no tuvo éxito y hoy es el parque municipal. En la foto, la entrada principal. (Barcelona)


Uno de los pabellones de entrada al parque Güel destinado a la administración. En éste se conjugan los elementos básicos que Gaudí escogió para la construcción del parque.

Varias imágenes de las entradas elevadas que recorren el parque. Decoración vegetal e mineral, integración de la naturaleza en una ciudad jardín, el gran propósito de Antonio Gaudí.

Pabellón de entrada al parque Güel y cumbre de las dobles cruces gaudianas.