Abandonó Japón en 1957 y fue a vivir a New York en los Estados Unidos. Allí participó indirectamente y a su manera en la Psicodelia y el arte pop.
Regresa al Japón en 1973, cansada mentalmente e ingresa voluntariamente en un hospital psiquiátrico donde sigue viviendo. A sus 81 años continua experimentando su creatividad, asiste a homenajes y gana premios.
La llaman “la princesa de los lunares”, todas sus obras están cubiertas de lunares, ella define su estilo como “arte obsesivo”. Se le considera la artista viva más importante de Japón y sus obras cotizan al alza.
En el 2008 una obra suya fue vendida por más de 5 millones de dólares.
Hola Águila, veo que has cambiado el diseño del blog, ha quedado muy chulo!
ResponderEliminarA ver si me pongo al día, voy a ver qué artículos has subido últimamente.
SALUDOS!
gracias Jose, espero que te guste también el contenido.
ResponderEliminarSaludos!