La Inteligencia de Inka, a todos nos
sorprendía. Solía ir a beber de una fuente de gnomos que estaba en una mesilla, me gustaba por el sonido del agua,
ella tenía su recipiente de agua y otro para la comida, pero prefería beber de
los recipientes que estuvieran en alto, o de nuestros vasos. Cuando no podía
alcanzar el agua con su hociquito, metía su patita y la utilizaba como mano
llevándose el agua a la boca.
Por las mañanas al levantarme, ella
estaba inquieta y me esperaba, se sentaba esperando que me pusiera las
zapatilla y la bata, al levantarme ella empezaba a caminar, si me detenía se
sentaba y volvía a caminar al volver hacerlo yo, así de esta manera me enseñó
que quería que la siguiera. Me llevaba a donde tenía sus cosas, y así podía ver
que le faltaba comida o agua.
Un día de invierno viéndome como me
tapaba, (con el frío me tapo hasta la cabeza) Inka se metió en mi cama, entre el edredón y la
sábana y allí se quedaba. Mi esposo pensaba que yo la metía; hasta que un día tuvo
la oportunidad de verla, Inka con su hociquito y sus patitas levantaba el
edredón, no sin esfuerzo y con varios intentos lo conseguía. Él se quedó
admirado y sorprendido.
I
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