Terremoto

DIARIO EL COMERCIO                                                             lima, 18 de Octubre de 1966                                              Pág.1 El Perú vivió un terremoto de gran intensidad y duración. Su epicentro tuvo lugar en el mar, frente a las Salinas de Huacho. El terremoto que ayer 17 de Octubre, a las cuatro y cuarenta seis, nos sacudió en Lima y Callao y toda la franja del litoral al norte, llegó hasta Supe. Muchas ciudades sufrieron daños y también muertos y heridos, edificios dañados, iglesias destruidas. En total murieron 220 personas y 1800 heridos.

—¿Qué fecha es hoy, Lourdes?, pregunta Dulce.

—Diecisiete de octubre, no te acuerdas que ayer fue mi cumpleaños. ¿Qué vas hacer?

—El dibujo que miss Gladys nos pidió que entreguemos el lunes, responde Dulce.

Acabamos de terminar de comer y nos reunimos alrededor de la mesa camilla y vemos la televisión. Hoy no tenemos clase, es día del señor de los Milagros. Papá, se va casi enseguida al astillero.

—Delia, ¿qué fas miña filla?

—Estoy terminando de hacer el bizcocho, lo voy a meter al horno, para la hora de la merienda estará listo.

Lourdes está sentada a la mesa, ve la televisión, teje y tiene un libro para leer. Dulce también en la mesa distraída hace sus dibujos. Las pequeñas, Carmiña y Marilita juegan entre ellas. Cuando da publicidad Carmiña corre a verlas, le encanta. En ese momento también, Lourdes suelta el tejido y se pone a leer el libro, Cuando empieza la embrujada, yo también me siento, nos encanta.

—Mi bizcocho está listo y lo voy a sacar del horno. ¡Uhmmm! qué bien huele.

—Deixa un anaco de biscoito para o teu pai, me indica  mi madre—, —y continua, Doutro xeito non deixaredes nada para él.

Separo el trozo para mi padre y lo dejo guardado en una alacena, el resto lo pongo a enfriar cerca de la ventana de la cocina, a las seis merendaremos.

La embrujada terminó. Pregunto a mis hermanas si quieren jugar al veo veo. Lourdes no quiere, sigue con su lectura y Dulce continua pintando. 

Me separo y me voy hacia la ventana del salón, mi hermana Marilita me sigue y me pide que la coja en brazos. Tiene  catorce meses, la cojo. Carmiña ahora ve dibujitos en la tele, el ratón Mikey mouse es su preferido.

Con Marilita en mis brazos, me asomo a la ventana, estamos en primavera. Miro la plaza dos de Mayo, no pasa nadie a esa hora, por la carretera circula algún que otro coche, veo parte del edificio del colegio María Auxiliadora,  con su pequeño jardín. Levanto los ojos para mirar al cielo.

—que mal veo yo esto, hay  un silencio extraño y el aire está muy gris y denso, parece día de temblor, pienso.

Me aparto de la ventana con  mi hermana en brazos,  en ese momento oímos algo muy extraño,  es como un rugir,  el rugir de la tierra.

 —¿De dónde viene?, pregunto. Al mismo tiempo todo se mueve, las sacudidas son violentas, las lámparas tintinean y se caen algunos objetos

 —¡Salir a la calle es un temblor!,  grita mi madre. Casi nos empuja, ella coge en brazos a Carmiña que tenía tres años. Todas Salimos corriendo, por momentos las sacudidas son más fuertes, bajamos como todos los vecinos por las escaleras.

—¡Las escaleras se mueven, no puedo bajar!, grita mi madre.

—¡Señora Camelia no mire para abajo, pise sin mirar los peldaños!, le indica una vecina que se abraza a su hija de doce años.

Mi madre baja y corre, todo el vecindario corre y yo quedo paralizada, para dónde voy si todo se mueve, todos corrían hacia la plaza.

—¡Voy a morir!, ¡oh Dios!, miro a mi hermana y la veo tranquila con sus ojos abiertos y una sonrisa en su carita, —no dejare que tu  mueras te protegeré con  mi cuerpo, me digo a mi misma.

—¡Delia! Corre filla, ordena mi madre.

Corro siguiendo al gentío y obedeciendo la orden, el aire parece rasgarse con cada sacudida violenta. Cuando llego cerca de la esquina escucho a mamá gritar.

—¡La Virgen se cae!, tenía los ojos mirando a lo alto del templo de la Inmaculada. Todos vemos como la estatua de la virgen se precipita  haciéndose añicos en el aíre. Los pedazos caen en el techo del templo Faro.

En ese momento sin darnos cuenta las sacudidas se pararon.

En 1970 habrá otro terremoto, los limeños lo recuerdan por el horrendo terremoto de Ancash, dejó el espantoso saldo de 100,000 víctimas.

  

Basílica Iglesia Matriz del Callao antes del terremoto

Después del terremoto

T

Templo Faro de la Inmaculada