Esta regla, que en lo cotidiano aplicamos muchas veces sin darnos cuenta, ha tenido una importancia capital en el desarrollo posterior de la ciencia. El doctor Edgar Jenner, a finales del siglo XVIII, trabajaba arduamente en la investigación del contagio de la viruela. Experimentó con individuos que no tuvieran la enfermedad y, en su búsqueda, se topó con un pueblo exento de casos, se dedicaban a la industria láctea.
Jenner pensó en varias alternativas que explicarían la inmunidad, algunas bastante absurdas:
- … los habitantes tenían algún medicamento secreto que no querían compartir.
- … algo de la zona (la hierba, el aire o algún alimento) los protegía.
- … había algo en común que les ponía en un lugar especial respecto a la enfermedad.
- …etcétera, etcétera.
Después de descartar todas las posibilidades, la navaja de Ockham le dejó a Jenner solo dos opciones la segunda y la tercera. Probó con voluntarios que se trasladaron a vivir a la zona, para comprobar si se inmunizaban. Lo que siguió cambió para siempre la historia de la vida y la muerte de todos los seres vivos del planeta. Jenner se dio cuenta de que algo relacionado con las vacas confería protección a los que trabajaban con ellas. (por eso su tratamiento terminó llamándose “vacuna”)
Hay que aprender a recortar lo verdaderamente importante de cada hecho, resistiendo a nuestra cultural tentación de complicar las cosas. Como establece el principio de la navaja de Okham, las mejores soluciones aparecen de la más simple lectura de cada problema.
http://www.youtube.com/watch?v=Ydk9pf7934w
ResponderEliminarles pongo este enlace, donde podéis oir hablar a Isha de temas de humor y otros.
Que disfruteis, es una mujer muy agradable y simpática.
Muy interesante el origen del término "vacuna", nunca había reparado en esa palabra.
ResponderEliminarEl principio de la navaja de Ockham se aplica a casi todas las disciplinas, por ejemplo en Informática está el principio llamado KISS «Keep It Simple, Stupid!» («¡Mantenlo simple, estúpido!»), que se utiliza mucho cuando alguien complica las cosas innecesariamente.